Una tarde de Sol.
En la linde del bosque recostado en mi melancolía
instalado como para siempre.
A lo lejos, la llanura amarilla, iluminada por un escueto sol de invernadero.
Sobre el asfalto el estrépito de la ciudad latiendo.
Sobre el asfalto, escuchaba hipnótica tu voz diciendo: no sigas sufriendo.
En una playa calma (fragmento) y Una tarde de Sol (título)
Manolo García, Para que no se duerman mis sentidos.


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