El Amor o el Anillo.

Intentaba semejarla a la textura de las ecografías. Llegó a parecerme un óvulo (echo en falta algún espermatozoide por ahí). Otros días, me recuerda a la luna. Y otros, símplemente, me recuerda una sensación: la del ruido de fondo, cuando uno se tapa los oídos.

¿Qué es normal?

Nunca confundáis normal con común. Es un grave error, algo común, pero no muy normal. Está hecha a conciencia.

dedicada a todos los estudiantes en exámenes de Febrero.

Puente de Triana.

El famoso Puente de Triana, por donde pasan tantas cofradías dirección Sevilla. La belleza de este puente está en su sencillez y, absolutamente, en su localización. Estoy seguro que este puente se construye 50 metros aguas arriba no impresionaría tanto. El río, como siempre, mostrando el reflejo distorsionado de la realidad. Entonces, me pregunto: ¿la realidad está en el puente o en el río?

Fuente de la Tranquilidad.

En uno de los muchos, aunque cada vez menos, remansos de paz de la ciudad; los Jardines de Murillo ofrece un sol espectacular, y nos caminitos de albero llenos de bancos para dejar pasar el tiempo. Esta fuente tiene una inscripción más grande que la que se observa, aunque decidí resaltar ese "a quienes dió su corazón y sus riquezas". Por cierto, esta foto la tomé junto a mi amigo Atareq. El la hizo en otra perspectiva y, curiosamente, sin saberlo mutuamente, pusimos títulos parecidos.

Centuria Mondragón.

Esta fotografía va a ser el logotipo en uno de los viajes de fin de carrera de Historia. Por un lado, es un experimento de capas; por otro, intento describir el modus vivendi de los que conforman dicho viaje, capitaneados por mi amigo Fran.

para Fran, para que la comparta con su Pedro.

Hadji Reposa.

Pues eso, que la vida del perro es muy atareada. Y ella, como estaba tan cansada, decidió tumbarse un rato. Además, ¿qué hago dando explicaciones?

Catenaria Eléctrica.

Hay que reconocer, por ejemplo, los pequeños detalles que hacen posible nuestro viaje.

Una tarde de Sol.

En la linde del bosque recostado en mi melancolía
instalado como para siempre.
A lo lejos, la llanura amarilla, iluminada por un escueto sol de invernadero.
Sobre el asfalto el estrépito de la ciudad latiendo.
Sobre el asfalto, escuchaba hipnótica tu voz diciendo: no sigas sufriendo.

En una playa calma (fragmento) y Una tarde de Sol (título)

Manolo García, Para que no se duerman mis sentidos.

Un Juego de Damas.

Desenfocada, pero por la bebida. Tal vez no sea una gran foto, pero le noto algo especial por lo que representa. Vale más por lo que no se muestra en la foto: una partida de damas entre dos mujeres. ¡Isa te toca mover, María ya lo ha hecho!

Dedicada a Isa, novia de mi amigo Atareq

Me contemplo desde arriba.

Vértigo, tengo mucho vértigo cuando te miro desde aquí arriba. No sé por qué, el caso es que las calles parecen líneas que se cruzan en un sinsentido que me recuerdan los eventos de mi vida.

Sumo y sigo. El tiempo… el tiempo era una especie de huracán que se llevaba todo lo que pillara por delante. Devastador, sin memoria, sin comienzo, sin final. ¡Ahora que todo volvía a ser como antes!

Y el silencio, una espiral cuyos extremos se unen. Imposible, pero real. Como una especie de poesía que acaba por el principio, como un beso a una rama de olivo.

Los peces son todos de colores diferentes, no hay ninguno igual. Y el mar es tan cristalino, que se puede ver el centro de la tierra y los extraños seres que lo habitan. No deja de ser curioso que todavía no he podido hablar con ellos de simples cosas.

A todo esto, las tardes caen como hojitas de otoño. Con melodías alegres que me recuerda todo lo que habíamos vivido, que me recuerdan a ti. Exactamente, es una brisita suave, dulce, que moldea mi sonrisa. He llegado a la conclusión que en la brisa esta, hay partículas de ti.

Por fin, el amor. Sentimiento que me invade cada vez que pienso en ti. En este sitio sólo puedes traerte amor de equipaje, lejos de la costa. Me llevo la mitad de los besos que me diste. La otra mitad los dejo para ti. Yo “sólo” quiero volverte a ver, y a lo más que realmente puedo aspirar es a soñarte. Como ahora, que sueño en prosa.

- ¡Despierta!

y desperezándome, espeté un contundente:

- ¡Vaya! He vuelto a quedarme dormido.

El amor me visita de vez en cuando, en sueños, que aprovecho para decirte TE QUIERO y no quiero ningún reconocimiento, sólo tu calor.

El Infierno y el Río.

El Infierno y el Río, es una saturación de psicodelia, una descarada declaración de intenciones contra los detractores del retoque fotográfico. No se trata de retratar la realidad, sino de maquillarla. Al menos yo lo entiendo así. Por cierto, ¿dónde está el infierno? ¿en el río?

Altar.

En un viaje camino a Málaga, decidí desviarme un poco para visitar Antequera (Antikaria). Es un precioso pueblo, muy completo, aunque muy caluroso (se trataba de aquella ola de calor). Unas vistas espectaculares: el centro, el Torcal, la serranía... Esto pertenece al interior de la Real Colegiata de Santa María la Mayor. Hace poco he visitado Punto de Fuga, una página de fotografía en la que se puede ver el exterior del edificio. Lo que más impresiona es el silencio interior.

El Alamillo.

Volviendo al tema de los puentes, este es El Puente del Alamillo, de Santiago Calatrava. La verdad es que siento gran admiración por Calatrava, porque hace de la funcionalidad ingenieril una belleza arquitectónica. Sabe mezclar ambos conceptos de manera extraordinaria. En cuanto a la foto, me costó mucho encuadrar el pilar y que se viera su reflejo en el río. Quizás sea esto lo que más llame la atención en la foto.

Burrito en la cama.

¿Habéis visto alguna vez un burro en una cama?

Casa en Marvão.

Este verano me hice una escapada a Extremadura. Pude comprobar los bellos parajes naturales, desconocidos (y que sigan así). Aprovechando la cercanía, fuimos a un pueblo cerca de la frontera, Marvão. Es un pueblo muy cuidado, muy limpio, precioso, con un castillo que corona la colina en la que se encuentra. Y por cierto, se come muy bien ( ;P ). Esta es una casa típica, en un precioso día de verano, con una temperatura fresca, cuando España atravesaba la ola de calor. El cielo, en un azul intenso y continuo. Y en el fondo, el campo, frontera natural, de encinas y alcornoques, con Extremadura. A veces sueño con tener una casa allí.

Barrio de Santa Cruz.

Esta es una de las primeras fotografías que tomé. Está hecha en la Plaza de la Alianza, en el Barrio de Santa Cruz, y a la derecha puede verse la farola de la fotografía anterior. Sigo viéndole el encanto, no sé si por ser la primera o por el tiempo que evoca.

Farola de Santa Cruz.

Las farolas, son un fetiche fotográfico mío. Algo que comparto con mi amigo Atareq. Esta pertenece al Barrio Santa Cruz. Decidí mantener el verde con su tonalidad natural, pero diluir el blanco hasta convertirlo en un tono sepia que le dá lejanía a la foto.

Casa de los Gatos.

De camino al centro siempre paso por delante de la Casa de los Gatos, donde siempre espero encontrar a estos animalillos posando seriamente. Los colores diluidos son influencia de Edgar Allan Poe:

[...] Una noche, al regresar a casa, muy embriagado, de uno de mis lugares predilectos del centro de la ciudad, me imaginé que el gato evitaba mi presencia. Lo agarré y, asustado por mi violencia, me mordió levemente la mano. Al instante se apoderó de mí la furia de un demonio. Ya no me reconocía a mí mismo. Mi alma original pareció volar de pronto de mi cuerpo; y una malevolencia , más que diabólica, alimentada por la ginebra, estremeció cada fibra de mi ser. Saqué del bolsillo del chaleco un cortaplumas, lo abrí, sujeté a la pobre bestia por la garganta y ¡deliberadamente le saqué un ojo! Siento vergüenza, me abrazo, tiemblo mientras escribo aquella condenable atrocidad.

El Gato Negro, Edgar Allan Poe.

para mi amigo Fernando, con devoción.

La Barqueta.

Seguimos con el Puente de la Barqueta. Esta vez un poco más cerca, y ya caída la noche. La verdad es que me apasionan los puentes.

La Barqueta.

Seguimos en mi ciudad. El puente que aparece es conocido como "Puente de la Barqueta", aunque su verdadero nombre es "Puente Mapfre". Es una de las tres entradas directas a la Isla de la Cartuja. También podemos ver siluetas de algunos edificios de la Expo'92. El Río Guadalquivir, como siempre, silencioso, contempla la caida de la tarde.

La Giralda.

La Giralda, Turris Fortissima, como se puede leer a cada lado, es uno de los monumentos más emblemáticos de Sevilla. Siempre me ha despertado admiración y belleza. Y ya que muchos la conocemos desde varias perspectivas, quise hacerle un sentido homenaje, a mi modo, fotografiándola desde la base y en otra perspectiva menos conocida. Aún así, me seguirá pareciendo tan bonita como siempre.

Andén de Santa Justa.

Santa Justa, mi destino y mi llegada. La estación, vacía, evoca una especie de soledad que se ve interrumpida con la luz del fondo. Un punto de fuga donde se confunde las vía con el destello.
Por otro lado, también es una fantástica obra arquitectónica. No obstante, fue construida para la Expo'92, que supuso un importante impulso creativo y urbanístico para la ciudad.

Casas y Tempestad.

La tormenta se acerca, y me deja esta bella imagen. Los truenos se ven, pero no se oyen. Se sienten, ahora más que nunca. Sin embargo, en medio de toda esta avalancha, un leve destello entre nube y nube me dice que lo mejor esta ahí, detrás de toda esa capa de gases contaminados.

Y descargan, las nubes rompen a llorar. Y me empapan los sueños. Por suerte, y por costumbre, uno hecho ya a estas cosas decide esperar, como el que espera una larga cola. Tarda en llegar, pero al final merece la pena, Casas y Tempestad.

Bienvenidos a ZorgEspiral

Me presento, navegante. Soy Zorg, y esta mi espiral. Si en ella te adentras, encontrarás mis inquietudes, fotografía y literatura. Y tú, no te quedes indiferente y opina. Ahora, y una vez más, ¡BIENVENIDO A ZORGESPIRAL!
Autorretrato